Del pasado 28 a 30 de octubre se celebró en Santo Domingo, en la República Dominicana, la XI Conferencia Anual Intergubernamental de las Américas. Con una excelente organización a cargo de la Dirección General de Contrataciones Públicas del país y de su Presidenta, Dª Yokasta Guzman, el evento abordó el modo en el que la contratación pública puede contribuir a los objetivos de desarrollo nacionales, haciendo especial hincapié en la agricultura, los pequeños negocios gestionados por mujeres y la PYME.

Tras tener la oportunidad de presenciar muchas presentaciones de gran calidad elaboradas por representantes de varios países latinoamericanos, me han surgido dos cuestiones que a mi juicio merecen una reflexión:

– ¿Y si las tecnologías y servicios de contratación pública, gestionados por departamentos nacionales de compras, ofreciesen más incentivos y apoyo a las pequeñas empresas para conseguir digitalizar su oferta, usando la contratación pública como catalizador? Imagínense un servicio de vigilancia que fuese a través de las zonas rurales, por ejemplo transmitiendo información en un formato como el de Google Street View, convirtiendo la oferta de las PYME en catálogos electrónicos y formando a la gente para presentar sus ofertas a través de Internet, no sólo a procedimientos públicos sino también privados.

– Asumiendo que la contratación pública tiene un impacto extraordinario en las economías nacionales, se mencionó la importancia de la tecnología para acelerar el desarrollo y competitividad de las PYME, tomando a Chile, a Colombia y a República Dominicana como ejemplos. Concretamente, en República Dominicana la determinación del gobierno ha permitido que el número de compradores registrados para trabajar con el Estado haya incrementado de 19 mil en 2012 a más de 58 mil en 2015. El despliegue de la aplicación móvil ComprasRD para Smartphone es un excelente ejemplo de servicios proactivos para la ciudadanía”. ¿No debería ser esto un signo de que es necesario un mayor esfuerzo por parte de los gobiernos en acercar la contratación pública electrónica a los proveedores, en vez de centrar la mayor parte de los esfuerzos en los compradores?

Estas son sólo dos apreciaciones. Estoy seguro de que pueden surgir otras ideas, más o menos arriesgadas, que nos permitirán a todos los que trabajamos en esto acercar la contratación pública a la PYME, contribuyendo a la digitalización de sus productos y servicios.